Pues non. Tais enquivocaos. Nun
vou falar aiquí de la campaña que nos vien encima, desde esta mesma nueite, pa que los nuesos
políticos d'ambos sexos nos cunten outra vez en menos d'un anu lu bonas que
son las súas propuestas pa sacar esti país de la crisis
institucional, económica, l.laboral, cultural, social... (¿quédame dalguna por
nomar?), na que el.los mesmos (salvo cuntadas ya honrosas esceiciones, pa las que sobran didos nuna mano), gobernando ou na presunta oposición, l.levan fundiéndolu desde hai muitos anos, ya cona nuesa complicidá (que nun se nos olvide) activa ou pasiva.
Fai yá tiempu qu'atoupara na páxina de El Tous pa Tous del.los periódicos d'escomienzos del sieglu XX, ya nunu d'el.los, El Narcea, vinía esta reseña de la campaña que fixera el folclorista, paremiólogu (*) ya escritor madrilanu Luis Martínez Kleiser en 1912 pa tratar de ser elexíu diputáu a Cortes nas eleiciones del 8 de marzu de 1914 pol distritu de Cangas de Tinéu, que comprendía, amás del de Cangas, los conceichos de Degaña, Grandas de Salime, Ibias, L.leitariegos, Somiedu ya Tinéu. Ya tenía pensáu faer la entrada más p'alantre ya muitu más curtia porque fala, anque sía poucu, de L.larón ya La Viliel.la. Peru vese que había dalguién que nun podía esperar más por el.la ya, aproveitando el centenariu de la campaña de Kleiser, dióme la oportunidá de faela agora. Nesta entrada ya nas siguientes veráse'l recorríu polos conceichos de Cangas ya Ibias del escritor ya frustráu políticu.
Fai yá tiempu qu'atoupara na páxina de El Tous pa Tous del.los periódicos d'escomienzos del sieglu XX, ya nunu d'el.los, El Narcea, vinía esta reseña de la campaña que fixera el folclorista, paremiólogu (*) ya escritor madrilanu Luis Martínez Kleiser en 1912 pa tratar de ser elexíu diputáu a Cortes nas eleiciones del 8 de marzu de 1914 pol distritu de Cangas de Tinéu, que comprendía, amás del de Cangas, los conceichos de Degaña, Grandas de Salime, Ibias, L.leitariegos, Somiedu ya Tinéu. Ya tenía pensáu faer la entrada más p'alantre ya muitu más curtia porque fala, anque sía poucu, de L.larón ya La Viliel.la. Peru vese que había dalguién que nun podía esperar más por el.la ya, aproveitando el centenariu de la campaña de Kleiser, dióme la oportunidá de faela agora. Nesta entrada ya nas siguientes veráse'l recorríu polos conceichos de Cangas ya Ibias del escritor ya frustráu políticu.
Resulta chocante ver cúmu se paecen, mutatis mutandis, la
campaña de 1912 ya ésta d'un cientu d'anos dispuéis; en realidá,
aseméichanse todas tantu que paez que tamos siempre na mesma ya en campaña permanente. Ahí quedan los testos pa faer las comparanzas que queráis. Aiquí, nesti blogue, vos tenéis agora la palabra (anque nos prósimos quince días los que más falen ya menos digan sían el.los...).
(*) Qu'estudia los refranes ya dichos populares.
(El testu pertenez al númberu 345 del periódicu "El Narcea", del 21-9-1912, ya, al igual que los de prósimas entradas, yía fiel al orixinal, esceutu l.lixeras correiciones de signos ortográficos ya erros, que nun alteran el sentíu l'artículu).
(El testu pertenez al númberu 345 del periódicu "El Narcea", del 21-9-1912, ya, al igual que los de prósimas entradas, yía fiel al orixinal, esceutu l.lixeras correiciones de signos ortográficos ya erros, que nun alteran el sentíu l'artículu).
¡Entusiasmo general!
Cuando los habitantes de un concejo, de una zona, de un distrito, atraviesan años y más años una situación anómala por lo incompatible con los adelantos y desarrollo de los pueblos modernos; una situación precaria por consecuencia de ese malestar unido a los escasos rendimientos que produce la agricultura, la falta de jornales, con la pesada carga de las contribuciones directas e indirectas; cuando a estas calamidades van unidas la más transcendental y funesta, como es el abandono a que nos tienen acostumbrados nuestros gobernantes, que lejos de estudiar y buscar los medios de reparar ese malestar tan continuado, sólo se cuidan de reparar la máquina política, engrasándola con el sudor del jornalero, del labrador, del contribuyente, para que siga funcionando con la mayor regularidad posible, con provecho de aquéllos y una exigua minería de paniaguados y en perjuicio de sus administrados en general...; cuando en tales circunstancias y caldeados los ánimos de tolerar tanto desprecio y tanto abuso, surge un redentor y ese redentor reúne las cualidades de D. Luis Martínez Kleiser, fácil es predecir que la indignación tanto tiempo reprimida, tanto tiempo encerrada en los pechos de estos sufridos pueblos, salte al primer chispazo y se desborde en entusiasmo al contacto de tan deseado bienhechor. Y estas explosiones que a algunos se les figurarán raros fenómenos, se suceden sin interrupción estos días en cada una de las visitas que el Sr. Kleiser viene efectuando en el distrito, como la cosa más natural y lógica.
Cuando los habitantes de un concejo, de una zona, de un distrito, atraviesan años y más años una situación anómala por lo incompatible con los adelantos y desarrollo de los pueblos modernos; una situación precaria por consecuencia de ese malestar unido a los escasos rendimientos que produce la agricultura, la falta de jornales, con la pesada carga de las contribuciones directas e indirectas; cuando a estas calamidades van unidas la más transcendental y funesta, como es el abandono a que nos tienen acostumbrados nuestros gobernantes, que lejos de estudiar y buscar los medios de reparar ese malestar tan continuado, sólo se cuidan de reparar la máquina política, engrasándola con el sudor del jornalero, del labrador, del contribuyente, para que siga funcionando con la mayor regularidad posible, con provecho de aquéllos y una exigua minería de paniaguados y en perjuicio de sus administrados en general...; cuando en tales circunstancias y caldeados los ánimos de tolerar tanto desprecio y tanto abuso, surge un redentor y ese redentor reúne las cualidades de D. Luis Martínez Kleiser, fácil es predecir que la indignación tanto tiempo reprimida, tanto tiempo encerrada en los pechos de estos sufridos pueblos, salte al primer chispazo y se desborde en entusiasmo al contacto de tan deseado bienhechor. Y estas explosiones que a algunos se les figurarán raros fenómenos, se suceden sin interrupción estos días en cada una de las visitas que el Sr. Kleiser viene efectuando en el distrito, como la cosa más natural y lógica.
El Narcea (de la páxina del Tous pa Tous) |
En Rengos
El viernes, 13 de los corrientes, a las siete y media de la mañana, salió en dirección de Ventanueva el Sr. Kleiser, en su automóvil, acompañado de sus amigos D. Humberto de Ron, D. Angel Rodríguez, D. Evaristo Morodo, D. Cándido Alonso y el que suscribe, con el objeto de visitar las parroquias de Larna, Vega, Posada, Gedrez y Larón, llegando a Ventanueva a las ocho, donde esperaban comisiones de Larna, Oballo y el pueblo de Moal en pleno, siendo recibidos con vítores y cohetes. Hechos los saludos de rigor y avisados de que en Regla nos esperaba el núcleo principal, precedidos de los anteriores y de D. Joaquín Rodríguez Ménguez, que llegó entonces, emprendimos la marcha hasta el cruce del camino de Vega con la carretera, donde al estampido de los cohetes y entusiastas vivas al futuro diputado fuimos recibidos por las parroquias de Posada y Vega con sus Párrocos a la cabeza y Alcalde de Posada, siendo sorprendidos por un artístico arco triunfal sobre la carretera, adornado con ramaje, flores y multitud de pañuelos de seda, al lado del cual simpáticas jóvenes, acompañadas de panderos, cantaban coplas alusivas, produciendo en todos halagador efecto. Dicho arco fue debido a la iniciativa del veterano conservador D. José Carlos, secundado muy eficazmente por el entusiasta Balbino Fernández, Alcalde de barrio de Vega.
Seguidamente el Sr. Kleiser dirigió la palabra a la concurrencia, arrancando en su discurso continuados vivas y aplausos, hasta el punto de que en algunos períodos el entusiasmo que despertaba en los oyentes le obligaban a suspender con frecuencia.
Terminado este acto se dispuso el regreso a Ventanueva, donde el popular D. Saturnino nos tenía preparado un confortable y bien servido almuerzo, hechos los honores al cual salimos en dirección de
Pueblo de Rengos
También aquí fuimos recibidos con vivas, cohetes y trabucazos, y sorprendidos también con otro arco triunfal por el estilo del anterior, pero entrando en el adorno mayor número de pañuelos, rematado, como aquél, con una bandera y una inscripción que decía: “A nuestro futuro Diputado”. Varias jóvenes entonaban también cantares alusivos al compás de sus típicos panderos.
Cambiados los saludos, el Sr. Kleiser les dirigió la palabra con el mismo éxito que antes, y seguido del pueblo en masa cogimos nuestras cabalgaduras para seguir la ruta, siendo despedidos con las mismas muestras de entusiasmo que a la llegada.
En Gedrez
Siguió la comitiva dando vivas hasta la Rectoral, donde fuimos obsequiados por el Párroco D. Juan Romano, y después de dirigir el Sr. Kleiser la palabra a los reunidos y recibido las mismas muestras de adhesión espontánea y calurosa, nos despedimos para emprender la ascensión al Rañadoiro, acompañados de D. Alonso Marqués y del servicial Pepe Carlos, de Cementerio, quien con el prestigioso amigo y persona influyente don Bernardino Fernández, de Cruces, hicieron con nosotros toda la expedición.
En Viliella y Larón
Con la rapidez posible se hizo el recorrido, llegando a Viliella a las cuatro, y a pesar de encontrarse todo el pueblo en las faenas de la majada, en cuanto se apercibieron de nuestra llegada abandonaron la labor para reunirse en el centro del pueblo, y empezaron a disparar tiros, a falta de cohetes, recibiéndonos luego con vivas al futuro diputado con el mismo entusiasmo que en los anteriores pueblos y prometiéndole unánime su apoyo. Después de dirigirles una corta arenga, seguimos a Larón, donde la visita tuvo de ser rápida por la falta de tiempo, hasta el punto de hacer los saludos y despedidas sin apearnos de los caballos.
SEGUNDA ETAPA
En La Magdalena y Gillón
Capiya de La Madalena, en Tresmonte (Fotu: Segun67) |
Una vez reunidos, se reanudaron las entusiastas adhesiones, y a la hora oportuna se tendieron los manteles en sitio tan pintoresco; y aunque el Sol lucía con todo su esplendor, la brisa contrarrestaba el calor, resultando una temperatura agradabilísima. Entre plato y trago y las ocurrencias de los comensales, sobre todo del amigo Cantón, se pasaron tres horas como en la gloria.
Despedidas las comisiones, montamos a caballo en dirección a Gillón, donde se celebraba la fiesta del Cristo. Llegamos a dar vista al pueblo y quedamos agradablemente sorprendidos con la manifestación preparada a la entrada.
Rodeando un artístico arco triunfal por el estilo de los ya descritos, y a la cabeza de la manifestación, se encontraban los Sres. Párrocos de Vega, Gedrez, Noceda y Gillón, con todo este pueblo, y comisiones de Ríotorno, Vidal y Noceda. Al son de la gaita y al estampido de los cohetes echamos pie a tierra, y era de ver el afán con que todos querían ser los primeros en estrechar la mano del Sr. Kleiser.
Puesta la comitiva en marcha, entramos a tomar café en la rectoral, invitados por el Párroco; y después de visitar, en su casa, a varios particulares que se extremaron en obsequiarnos, se hizo alto en la plaza del pueblo, en donde el amigo Carbajal, haciendo alarde de orador muy oportuno, por lo que fue premiado con una salva de aplausos, presentó al futuro diputado.
A los pocos momentos de dirigir éste la palabra al auditorio, se despertó en el público tal ardor, tal entusiasmo, que para que pudiera proseguir hubo que apelar a la súplica. Es verdad que el discurso fue de los que dejan grata memoria.
Mientras se hacían los comentarios de rigor, yo, que siempre fui curioso y aficionado a pasar revista cuando de faldas se trata, me acerqué al baile, quedando gratamente sorprendido al ver que el entusiasmo había contagiado a las cantadoras, pues al acercarme entonaron la siguiente copla:
Si las mujeres votaran
como los hombres,
Kleiser ganaría todas
las elecciones.
Sin tiempo que perder, emprendimos la retirada, siendo despedidos en la salida del pueblo con los mismos honores y entusiasmo, el cual no decayó un momento.
¡Ah!... Se me olvidaba decir que aquella nubecilla de verano que tanto gustó, sigue extendiéndose de manera alarmante por todo el distrito, y a juzgar por el cariz, amenaza tormenta.
JOAQUÍN GARCÍA GONZÁLEZ.
Cangas, 17-9-1912.
5 comentarios:
No te vi ayer pegando carteles. Y, por cierto, mola la recepción a los políticos en tu pueblo: ¡a tiros!
Acuérdate de que en La Viliel.la no hay alumbrado. ¿Cómo ibas a verme?
Y lo de la recepción... Ahora entiendo por qué no se acercó ninguno a hacer campaña desde esa fecha.
Cuando leí este relato, hace ya algún tiempo, me chocó muchísimo que en Ventanueva, estuviese esperando "el pueblo de Moal en pleno" a un futuro candidato a Cortes. Así que llegué a la conclusión de que el narrador de los viajes debía ser algún asesor del tal Kleiser, y que ya vivía o pretendía vivir del "cuento", como sigue pasando actualmente.
Supongo que sera el mismo Kleiser que unos años despues se presentaba a diputado contra un opositor llamado Inclan o Incran,algo parecido.El caso es que contaba mi abuelo y algunos viejos del pueblo de la misma edad,que fueron a votar a S. Antolin y los de la montaña eran de Inclan(no sé si el nombre es correcto,es segun lo pronunciaban ellos)y los de la ribeira de Kleiser(este sí lo decian bien),despues de artos de vino se liaron a palos y a pedradas asta que unos llegaron al Foxo y despues al rio,ganaron los de la montaña,cuando lo contaban ellos,y los de la riveira cuando eran estos los que lo contaban,para mi que acabaron todos en el rio.Ahora es lo mismo solo que en vez de liarse a palos y pedradas,se lian a ver cual mas mentiras cuenta,mas promesas que en ningun momento piensa cumplir,y en difinitiva la manera de engañarnos a los incautos votantes,casi que me quedo con los palos,al menos ves por donde te van a dar y puedes intentar defenderte que estos de ahora cuando empiezas a enterarte ya estas perdido.
Así es, Chapras. Gracias por la aportación histórica. Kleiser, después de su derrota ante Félix Suárez Inclán en 1914 volvió a presentarse para las de 1916, con el mismo "éxito", tras lo que se fue a probar suerte a Navarra. Puedes ver la historia completa en el enlace de la entrada "El Narcea".
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