Kleiser
en Sta. Marina de Obanca.
Entre
las dulces caricias de brisas muy suaves y placenteras, e infinidad
de rayos de luz esplendorosa, rebosando su corazón alegría y
contentamiento indecibles, partió a las tres de la tarde del día 3
de Octubre último de la plaza de la Oliva de esta villa; acompañado
de gran número de sus leales amigos cangueses, el incansable
caudillo de las innúmeras fuerzas Kleiseristas del Distrito
electoral de Cangas de Tineo D. Luis Martínez Kleiser, en dirección
al inmediato pueblo de Santa Marina de Obanca.
Bajaron
al hermoso Puente Nuevo, llegaron deseguida junto a la casa de don
Marcelino Álvarez, conocida por «Casa de Baratura», y, desde este
punto, comenzaron la subida de los dos kilómetros próximamente de
camino que, para llegar al mencionado pueblo, tenían que recorrer.
Unos
50 metros habían andado, cuando viéronse gratamente sorprendidos
por un lindo y numeroso grupo de niños y niñas que, en el pueblo de
El Fuejo, les salieron al encuentro dando incesantes «vivas» al Sr.
Kleiser, demostración sencilla y palmaria del verdadero afecto que a
éste profesan ya hasta los niños, y que él, igual que sus
acompañantes, muy singularmente agradeció.
Este
precioso detalle, que a primer golpe de vista parece insignificante y
que en varias ocasiones se tiene observado, evidencia lo
eminentemente popular que es la candidatura del Sr. Kleiser, para
diputado a Cortes por este Distrito.
Al
dar vista la comitiva a Santa Marina, cuyo pueblo hallábase reunido
con su virtuoso Párroco D. Esteban Fernández a la cabeza, una
nutridísima y prolongada descarga de gruesos palenques que, mezclado
y confundido con el ensordecedor eco de constantes, unánimes y
entusiásticos vítores al Sr. Kleiser, dejó resonar el suyo
potentísimo sobre esta capital, para pena y quebranto de
Inclanistas, y de Kleiseristas alegría y consuelo, anunció la
llegada.
Muy
efusiva y cariñosamente saluda el Sr. Kleiser a todos y a cada uno
de los allí presentes y, a la cabeza de todos colocado, parten
directamente, llenos de alegría, de regocijo y de entusiasmo hacia
el prado de la propiedad de D. José Berdasco, donde la reunión
había de efectuarse, y desde cuyo sitio domínase perfectamente la
villa de mis amores, la villa de Cangas de Tineo.
Adralés (Fotu: Cangas del Narcea: la Asturias por descubrir) |
Al
poco rato de haber llegado al indicado sitio, dejóse ver por el
camino real una verdadera nube de hombres que, entre el incesante
disparo de grandes cohetes y las alegrísimas notas de la gaita muy
hábilmente manejada por el gaitero de Adralés D. Vicente Martínez,
dirigíanse, contentos y gozosos, al referido prado cual si fuesen a
celebrar la más solemne y predilecta de sus fiestas. Eran los
vecinos de los pueblos de Villar de Adralés, Adralés, Amago,
Carballedo, Irrondo y Cerame.
Mi
pluma confiésase incapaz de poder describir la animación, la
alegría, el regocijo, el entusiasmo que reinó, entonces, entre
aquellas gentes tan buenas y sencillas como laboriosas y honradas...
Tampoco
acierta a trasladar aquí la inmensa satisfacción que, en aquellos
deliciosos momentos, reflejaba el tranquilo y bondadoso semblante del
dignísimo Párroco, viendo a todos sus amados feligreses reunidos
allí en una sola voluntad, en una sola aspiración, en un solo
anhelo; el de mostrar su afecto y adhesión inquebrantables al Sr.
Kleiser. ¿Para que me sirves, pluma mía, si no me sirves para
expresar cuanto quiera, y como quiera, valiéndome de ti?...
Cesan
los «vivas»... callan los cohetes... enmudece la gaita... y D.
Ceferino Arias, con frase limpia, correcta y sencilla, impregnada del
calor del entusiasmo que arde en su pecho, hace la presentación del
Sr. Kleiser para Diputado a Cortes por el Distrito de Cangas de
Tineo, en las primeras elecciones que se celebren. Su discurso fue
justamente premiado por una espontánea y nutrida salva de calurosos
aplausos de aquella noble e imponente multitud.
Esta,
que ansiaba por momentos el escuchar la palabra de su caudillo y
jefe, quedóse, súbitamente, silenciosa.
Con
vigorosa entonación y voz clara y elocuentísima pronunció el Sr.
Kleiser, un admirable discurso. Comenzó, agradeciendo a aquella
inmensa muchedumbre su concurrencia al acto, lo cual atribuyó entre
otras cosas a lo muy cansada que se encuentra ya de sufrir los golpes
del maldito látigo del cacique que él se había formado el
propósito firmísimo de desterrar para siempre del Distrito de
Cangas de Tineo, aunque tuviera que sacrificar su vida en la demanda;
manifestó que él iría a las Cortes para traducir y expresar
fielmente las voluntades, aspiraciones y anhelos de bienestar y de
prosperidad de los electores y que, convencido plenamente de que el
honrado y noble Distrito de Cangas de Tineo dirigía los ojos con
esperanzas hacia él, hacía toda .clase de sacrificios para
conseguir llenarlo de bienes y de dicha.
Un
inclanista dijo, pronunció la siguiente frase: «Han conseguido
-refiriéndose a los Kleiseristas- despertar al León», considerando
erronéamente que el «León» era el Inclanismo, y, sin quererlo,
dijo una verdad muy grande.
Ese
león, somos nosotros; su cuerpo, hermoso, fuerte y perfecto, lo
formáis todos los electores del Distrito de Cangas de Tineo, y yo me
honro muy altamente en representar, debido tan sólo, a vuestra buena
y sana voluntad, su cabeza. Ese león que, más bien que dormido,
estaba narcotizado por el caciquismo, irguióse de repente, sacudió
su melena, dio un bramido y apréstase a dar la decisiva batalla al
funesto «Inclanismo», segurísimo de que lo vencerá. Puede
afirmarse que lo tiene ya vencido.
Al
terminarse el discurso, los unánimes aplausos, vítores y
aclamaciones al futuro Diputado a Cortes por Cangas de Tineo, llegaron
al delirio del entusiasmo.
Usó,
seguidamente, de la palabra el entusiasta Kleiserista D. Adoración
Regueral, quien, con lenguaje llano y sencillo, pero de energía y de
entusiasmo rebosante, expuso con verdadera maestría a la
consideración de aquellas gentes una buena parte de la odiosa obra
de los caciques y cacicuelos, que sólo supieron llevar a los pueblos
la discordia y la ruina; cuyo caciquismo hallábase próximo a morir
a manos del Kleiserismo.
Fue
muy aplaudido el Sr. Regueral, por aquella muchedumbre que, a la
terminación del discurso, gritó entusiasmada y con toda la fuerza
de sus pulmones: ¡¡¡Abajo el Caciquismo que nos mata, envilece y
deshonra!!!
Dióse,
acto continuo, lectura a unos inspirados versos del campesino poeta
D. Manuel Rodríguez, de Carballedo, que fueron premiados con grandes
aplausos y que con gusto publicamos a continuación:
«Si
algún elector hubiese — partidario aquí de Inclán,—coja al
hombro su petate— y marche para el desván, — porque aquí todos
estamos—con nuestro párroco al frente,— en contra del señor
Suárez— como también de su gente. — La escuela y la cartería —
ha tiempo nos prometieron;— pero ni Inclán ni los suyos— dicha
promesa cumplieron. — Que suspendan las promesas—y que no den más
banquetes,— que en su contra hay seis concejos —cansados ya de
churretes. — Son muchas las amenazas—hechas por los inclanistas;—
contra ellas protestamos—en periódicos y revistas.--Y todos sin
quedar uno—al señor Kleiser votamos,— porque es todo un
caballero—y en su compaña nos vamos —Al
señor Kleiser hoy damos —la bienvenida más plena, — y en su
triunfo muy seguro — darémosle enhorabuena.— Me dispensarán las
faltas,—pues nunca pude tener — una escuela y un maestro—para
poder aprender.»
Los
jóvenes D. Fructuoso Uría y don Jaime Graña cantaron, después, al
son de la gaita, unos bonitos couplets alusivos al Sr.
Kleiser, que hicieron por un rato las delicias de los concurrentes y
que no publicamos por no hacer demasiado extensa esta reseña.
Inclanistas
y Kleiseristas estuvieron contemplando desde esta población, con
sentimientos enteramente opuestos, la grandiosidad del mitin, y
personas hubo que, para mejor contemplarlo, sacaron del fondo de sus
baúles los gemelos que años hacía descansaban tranquilos en el
indicado sitio.
También
los asistentes al mitin contemplaron, desde el elevado sitio en que se
encontraban, el suelo donde, entre lodos, inmundicias y suciedades,
duerme perezosamente la Sultana del Narcea...
Cangas del Narcea desde Santa Marina (Fotu: Tornadijo) |
¡Bravo,
muy bien por los honrados, laboriosos y nobles
vecinos de la parroquia de Santa Marina de Obanca!...
(El testu pertenez al númberu 353 del periódicu "El Narcea", del 16-11-1912)
No hay comentarios:
Publicar un comentario