lunes, 30 de enero de 2012

Viaje en el tiempo 2 (I): El preludio

Quizás, para hacerlo moderno y atractivo, debería de haberlo titulado "Viaje en el tiempo: la precuela", para enlazar con la serie de entradas de "Ibias: El Lejano Oeste" sobre la obra "Ruta: Sudoeste de Asturias", de Luciano Castañón Fernández (del que se cumplieron 25 años de su fallecimiento el pasado 5 de enero). Pero ni tengo tanta imaginación ni tan poco aprecio por la lengua castellana. Así pues, comienza aquí el relato (resumido) que de su viaje desde Cangas a Degaña hizo Castañón en las dos primeras partes de su obra, editadas por el Real Instituto de Estudios Asturianos en 1965. El texto que sigue, literal, corresponde a la primera parte. Tiene la palabra el autor, que comienza con sus impresiones previas:
Luciano Castañón (Foto de la página de VTP Editorial)
De las plurales Asturias existentes -por algo el nombre de la región es también plural- uno pertenece, en cuanto al paisaje y al margen de otras condiciones diferenciales, a la Asturias de chimeneas fabriles y mar perenne, un mar bronco en invierno, y no tanto en verano, cuando afluye la gusanera humana hacia la canela de sus playas. En ocasiones, como cualquier hijo de vecino, hacemos las oportunas escapadas en busca de los entresijos sanguíneos de nuestra provincia, viendo entonces las negruras de unas escombreras, los valles hermosamente verdes o amarillos de maizales, los diversos tonos de los lagos o la albura áspera de unas rocas en permanente desafío. Pero además de estas Asturias tipificadas y fácilmente frecuentadas por extraños o comprovincianos en sus desplazamientos, ¿qué pensar de las zonas situadas más allá de los límites a que nosotros mismos nos ceñimos? Conocer Asturias no es discursear largamente sobre la playa de Barro o la de Tapia, visitar Covadonga y las fábricas de sidra, probar el queso de Cabrales o soportar la paciente espera en las riberas de los ríos salmoneros. Asturias tiene también en su parte más ancha un Sur con vigencia regional, aunque desconocido, porque parece ser que no se siente lo mismo al decir: “Visité unos pueblos de Degaña” que: “Ayer estuve en Pajares”; Pajares suena a presunción; Degaña a lugar ignorado, remoto o trasmontano.

Como jugador del Cádiz C.F. (Foto: Peña Cadista 1910)
Existen teóricos equivocados que consideran a los del occidente de Asturias más gallegos que asturianos, así como a los orientales, montañeses; pero a los de la zona Degaña-Ibias ¿cómo considerarlos? Y también, ¿cómo son los pueblos de tales concejos, qué piensan sus gentes, a qué se dedican? Con intención, pues, de conocer algunos de tales aspectos nos trasladamos hacia dichos Ayuntamientos, pasando por Cangas de Narcea que, sin esperarlo, se nos interpuso en el camino, en el sentido de prolongar impensadamente nuestra estancia en tal villa. La visión es -no puede ser de otra manera- parcial por la limitación de lo visitado; pero cabe suponer que dada la identidad en cuanto al habitante de los pueblos de tales concejos, no difieran apenas las notas de viaje aquí reseñadas con las que pudieran decirse de los demás. Sospecho, por otra parte, que estos apuntes tienen un carácter excesivamente personal, pecando de proliferado “yoísmo”, y entonces me apresuro a confesar mi culpa, así como de no haberme sabido sustraer a tal rémora, al menos en esta ocasión. Por otra parte es indudable que las notas que se tomen en un viaje difieren bastante según el objeto de las mismas, dependiendo su redacción a veces del destino que puedan tener: revista especializada, un periódico o un libro.

lunes, 23 de enero de 2012

Chapuzas y mentiras Principado, S.A. (2)

(Con el asesoramiento profesional de Pepe Gotera y Otilio)

En primer plano, la única rejilla para las aguas pluviales
Relegado largo tiempo, pero no olvidado, prosigue este serial que comenzó aquí. Hoy, en vez de cita musical, homenaje al gran maestro Ibáñez.
El proyecto de obras aprobado decía:
Para la recogida de aguas pluviales se prevé la construcción de 21'80 m de rejillas para cortar las aguas que bajan por los caminos y entran en las calles del núcleo, se contempla la construcción de una fuente de agua y 151'14 m de cerramiento de madera tratada”.

Ni un solo metro nuevo de rejilla fue colocado por el Principado. Únicamente retiraron, para hacer las zanjas del saneamiento, y volvieron a colocar la existente desde agosto de 2001 en la entrada del pueblo. Como consecuencia, las aguas de lluvia, incluidas las que vienen de los caminos exteriores al pueblo procedentes del monte, recorren las calles de La Viliel.la sin nada que las corte y recoja, y ocasionando problemas en el tránsito por las calles y en las casas situadas en la parte baja.

La "fuente" con "boca de incendios" (que sí, que es ahí...)
La Oul.lera, después de pasar el huracán "Principado"
Y los arreglos de las fuentes... No solamente no hicieron la nueva fuente, que tomaría el agua de la traída general, y que tenía prevista la boca de incendios ni el arreglo de El Pilón (que fue semiarreglado por los vecinos), sino que la reforma del conjunto de La Oul.lera (fuente, abrevadero y lavadero), uno de los mayores del concejo, tampoco fue llevada a cabo, quedando la zona incluso peor de lo que estaba: un asiento de piedra y la pared del abrevadero fueron derribados por la maquinaria; como consecuencia del golpe, la pared contigua del lavadero quedó con las piedras movidas, y fue remendada por los vecinos para que no se cayese al suelo; colocaron un tubo de escaso diámetro para el paso del agua por debajo del pavimento: como era verano y había poca agua...

El Pilón -derecha- antes de la reforma (Foto: apancorbo)
Para rematar la faena, La Oul.lera era de los escasos sitios del pueblo donde un vehículo podía cambiar de sentido. El desnivel que quedó entre el hormigón y el piso original impidió, por peligrosa, dicha maniobra hasta que fue rellenado por los vecinos, aunque el lugar, que también iba a ser mejorado para hacer una plaza más amplia, no quedó como estaba ni tampoco en las condiciones que estaban previstas en el "Plan de Mejoras Integrales" del que tan ufano se mostraba el responsable en su despacho de Uviéu.

El Pilón, después de arreglarlo los vecinos
Eso sí, los palitos del cerramiento sí los colocaron. Unos en la entrada de la capilla y el resto en un tramo en dirección a la fuente de La Oul.lera. Así y todo, podían haberse colocado también en otras partes del pueblo en los que hubiesen cumplido tanto su función de barandilla como estética. La empresa que los fabrica, Ökodesign, y alguno de sus responsables perdieron aquí unos buenos ingresos (pero no todos, evidentemente).


 
Palos...
Más palos...
(¡Cuántos palos hacían falta...!)

lunes, 16 de enero de 2012

10.000

Podría ser el importe de un premio de la lotería (poco probable). O mi sueldo anual (casi, casi...). Pero es el número de visitas al que, increíblemente y en 16 meses, ha conseguido llegar esta colección de desvaríos bautizada como "País Cabreiru". Parece mentira, teniendo en cuenta el modo anárquico que suele tener (fiel reflejo de la mente de su autor) y que habla de asuntos casi exclusivamente limitados a L.larón y La Viliel.la, y,  por tanto, de escaso interés fuera de la parroquia. A ello hay que sumar 300 comentarios (además de los propios) que han hecho que este blog se sintiese mucho más útil de lo que parecía y de los que resultaron grandes aportes, completando cosas que faltaban, corrigiendo las erróneas, y, en general, dándole sentido al blog.
La gran mayoría de las visitas son, lógicamente desde España. Le siguen las de Estados Unidos (gracias, Carlos...), Alemania, México y Argentina. También las hay del Reino Unido, Colombia, Chile, Ecuador, Panamá, Venezuela, Puerto Rico, Guatemala, Francia y otros países que siento no poder precisar. Y llaman la atención las realizadas desde Rusia, Corea del Sur, Letonia, Ucrania, Indonesia y Namibia.

No voy a quejarme, claro. Lo que es de destacar es ese número de visitas y opiniones teniendo en cuenta el territorio abarcado, y más aún siendo la  inmensa mayoría de personas sin relación directa con la parroquia. Y con esa cifra, no sé animarme y seguir, o asustarme  pensando qué es lo que voy a garabatear en la próxima entrada.
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Así que trataré de llegar un poco más allá. Y llegar al número actual de visitas de "Moal, puerta de Muniellos" en, pongamos, unos 14 años, o el de "Ibias: El Lejano Oeste" en 12. Aunque lo tengo mucho más fácil con "Parroquia de Tormaleo", sólo 8 años. Jose, María y Ángel, ya podéis espabilar...

10.000 gracias a cada uno de vosotros por vuestras visitas.