Si grata y entusiasta ha sido la verificada hasta el presente por los pueblos recorridos, según se patentiza en la reseña anterior consignada en este periódico, no menos lo ha sido la llevada a cabo por los del dilatado partido de Sierra, en los días 16 y 17 del mes actual.
Las siete de la mañana próximamente serían cuando nuestro infatigable futuro Diputado a Cortes D. Luis M. Kleiser se acomodó en su automóvil, acompañado de D. Luis de Ron, D. Luis S. Cantón, D. Ceferino Arias, D. Joaquín R. Ménguez y del que estas líneas escribe, partiendo rápidamente con dirección al pueblo de Antrago, donde nos esperaba, y tuvimos el gusto de saludar, nuestro querido correligionario D. Saturnino Uría, dueño del importante comercio que allí existe.
No centru la fotu, el Palaciu de los Sierra (L.lamas del Mouru) |
Allí estaban congregadas multitud de personas que aclamaban al 2º Mesías con vítores y alabanzas; y después de las correspondientes salutaciones y larga conversación, hizo la presentación de don Luis M. Kleiser, en una plática enérgica y entusiasta, el hijo de aquel partido don Ceferino Arias.
Acto seguido, y entre nutridos y calurosos aplausos, usó de la palabra el señor Kleiser, cuya oratoria, llena de pureza y vigorizada con la esencia de verdad -pues parece de la escuela de Pidal y Maura-, encantó de tal modo al auditorio, que en medio de los vivas y aplausos salió de entre un grupo de mujeres una voz que dijo: A este hombre no sólo le daríamos el voto si lo tuviéramos, sino todo lo que el Cielo nos concedió. Estas frases hicieron vibrar las fibras de mi corazón. ¡Era envidia!
A la misma hora del día anterior y acompañando al Sr. Kleiser las mismas personas, partimos por los no menos escabrosos caminos que los del día antecedente, pasando por los pueblos de Medeo y de Castro de Sierra, donde nos esperaban comisiones que nos acompañaron hasta la parroquia de Robledo de Tainás, pasdando por Castiello y Tainás, donde se agregó otra comisión.
En Becerrales
Este pueblo ha sido escenario de una escena electoral donde se rompió la urna a garrotazos limpios. Una vez en él, donde nos esperaba D. Joaquín Flórez de Sierra, de valiosa influencia en todos aquellos contornos, así como las no menos poderosas de D. Manuel Arias, D. Joaquín el Ventero, el Mantequero, y otros de Becerrales; D. Benigno Iglesias, D. Manuel Arias, de San Martín; D. José Rodríguez, de Sillaso; D. Antonio Fernández, de ídem; otro D. Manuel Arias, de Becerrales; Tronco, de Ridera, y otros muchos cuyo nombre no recuerdo, nos reunimos en ameno campo, y en banquete fraternal, gozando de las delicias de la tarde aquella, tan esplendorosa, que, después del cansancio de la larega cabalgata, brindaba a comer, lo que hicimos con tanto apetito que casi abusamos de aquellos majnares suculentos que las alforjas contenían, no faltando, como era natural, el precioso tatarrete añejo cangués; y con tan delicado y alegre néctar, que inspira hasta la imaginación más obtusa, todos brindamos por el triunfo del Sr. Kleiser. Tomado
que fué el café nos dirigió otro soberbio discurso, lleno de
unción, y nos trasladamos a
Sillaso
donde conversamos con D. Evaristo Peláez y otros amigos, a la sazón ocupados con las majadas, y nos dirigimos a
Santiago de Sierra
Allí nos esperaba el virtuoso párroco con varias personas de la parroquia, quienes demostraron adhesión y cariño al futuro Diputado, haciéndole notar la incuria y abandono en que a todo Sierra tienen los encargados de la administración municipal; y con frases laudatorias del señor Kleiser, nos despedimos con rumbo a
Onón
En esta parroquia hemos sido recibidos con gaita y una nutrida representación, que tuvo el honor de presentar D. Bonifacio González, de los pueblos de Villadestre, Luarnes, Valleciello, Maganes, La Veiguiella, Ridera, Fontaniella, Vecil y otros. Conversaron familiamente durante largo rato; mas como la noche se echó encima, tuvimos, con pesar nuestro, que abandonar el pueblo, y dirigiéndonos a Antrago, punto de partida, hora ya avanzada, nos subimos al auto, y con salud llegamos a Cangas para al díoa siguiente emprender la segunda jornada por el resto del partido de Sierra.
SEGUNDA JORNADA
Castru Sierra (Fotu: Tornadijo) |
En aquella parroquia, con el celoso señor cura, en cuya casa nos hospedamos, se unieron los vecinos de Cerezaliz, aclamando unánimemente al Sr. Kleiser y haciéndole notar la falta de escuelas, de puentes y caminos, a la sazón intransitables, como pudimos palpar.
Hizo uso de la palabra el futuro Diputado, asegurándoles que por cuantos medios estuvieran a su alcance, vistas y tocadas por él mismo, en su recorrido, las necesidades que tienen todos los pueblos del concejo, en general, y particularmente la anchurosa zona de Sierra, estaba decidido a remediar tamaño mal.
Y aquellos campesinos, agradecidos por la visita de tal personaje por aquellos olvidados rincones, que debiera pagárseles por vivir en ellos, prorrumpieron en ¡hurras! al insigne huésped; y con las bridas de los caballos en las manos, por no permitir cabalgar tan escabrosos caminos, salimos para la parroquia de
Otro nuevo discurso del Sr. Kleiser puso de relieve las altas dotes que le adornan de orador, que oyeron con religioso silencio, y otra despedida cariñosa le tributaron; y como la noche iba esparciendo su negro manto, emprendimps la marcha hacia Campo de Vega la Piedra, próximo al santuario del Acebo.
Allí había esperando comisiones de Linares con el Sr. Párroco a la cabeza; de los pueblos de Robledo de San Cristóbal, La Braña, Cabañal, Bornazal, Borracán y otros, presididos por el rico propietario de este último D. Alberto Martínez, quien, a pesar de la hora avanzada de la noche, y después de una corta arenga que les dirigió el Sr. Kleiser, nos invitó a su casa, donde una cena magnífica nos esperaba. De ella disfrutamos opíparamente, y regresamos a nuestros hogares llenos de polvo y cansados de fatiga, pero llenos también de satisfacción.
Hizo uso de la palabra el futuro Diputado, asegurándoles que por cuantos medios estuvieran a su alcance, vistas y tocadas por él mismo, en su recorrido, las necesidades que tienen todos los pueblos del concejo, en general, y particularmente la anchurosa zona de Sierra, estaba decidido a remediar tamaño mal.
Y aquellos campesinos, agradecidos por la visita de tal personaje por aquellos olvidados rincones, que debiera pagárseles por vivir en ellos, prorrumpieron en ¡hurras! al insigne huésped; y con las bridas de los caballos en las manos, por no permitir cabalgar tan escabrosos caminos, salimos para la parroquia de
Porley
Allí estaba reunido medio pueblo con el prestigioso Sr. Cura párroco D. Ángel Uría, quien nos hizo entrar en su casa y nos obsequió con esplendidez.Otro nuevo discurso del Sr. Kleiser puso de relieve las altas dotes que le adornan de orador, que oyeron con religioso silencio, y otra despedida cariñosa le tributaron; y como la noche iba esparciendo su negro manto, emprendimps la marcha hacia Campo de Vega la Piedra, próximo al santuario del Acebo.
Allí había esperando comisiones de Linares con el Sr. Párroco a la cabeza; de los pueblos de Robledo de San Cristóbal, La Braña, Cabañal, Bornazal, Borracán y otros, presididos por el rico propietario de este último D. Alberto Martínez, quien, a pesar de la hora avanzada de la noche, y después de una corta arenga que les dirigió el Sr. Kleiser, nos invitó a su casa, donde una cena magnífica nos esperaba. De ella disfrutamos opíparamente, y regresamos a nuestros hogares llenos de polvo y cansados de fatiga, pero llenos también de satisfacción.
EVARISTO MORODO.
(*) Santa Iglesia Catedral Basílica
(El
testu pertenez al númberu 346 del periódicu "El Narcea", del 28-9-1912)
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