lunes, 31 de marzo de 2014

Vandalismo


Como parece que no tenemos suficiente con los criminales que en los últimos tiempos se dedican un año si y otro también a arrasar nuestro paisaje con los incendios forestales, también nos ha salido hace poco otra plaga. La actuación de éstos últimos no es, evidentemente, tan dañina para la Naturaleza, pero no deja de tener influencia en nuestro entorno.


Un tiempo después del cierre de la carretera del puerto de El Rañadoiru, el Principado instaló en el tramo cortado, a unos 800 metros de distancia de L.larón, dos paneles informativos, uno sobre la fauna más representativa de la zona y otro que, sobre una panorámica de los montes, indica los nombres de los accidentes geográficos. Asimismo también colocó unos bancos con mesas, tanto en este lugar como al pie del lugar donde se encuentra el castro (500 m más allá de los paneles), a modo de lo que ahora se suele llamar pomposamente "área recreativa". También fueron colocados en ambos emplazamientos, y en un apartadero  que forma la antigua carretera situado a unos 100 m del castro, las habituales barandillas de postes de madera, suministradas, cómo no, por la habitual empresa que se dedica a estos menesteres.



La información de los paneles, ilustrada con imágenes, ofrece una aceptable y resumida explicación sobre la fauna salvaje de la zona. En cambio, no se puede decir lo mismo sobre la información toponímica mostrada. No solamente hay errores en los nombres (deformados tanto por la constante castellanización como por alteraciones sin sentido), sino que hay casos en los que el topónimo (falseado o no) no señala el lugar correcto.






Pero aún hay más. Desde que fueron colocados todos estos elementos (paneles, mesas y barandillas), el Principado no volvió a ocuparse de ellos, hasta el punto de que una de las mesas (y sus correspondientes asientos) ha sido tomada por zarzas, hierbas y todo tipo de florecillas silvestres, haciendo poco aconsejable que el caminante haga uso de estos elementos, salvo que lleve una hoz, y las barandillas también han sido ocultadas por el matorral en la mayoría de los tramos.




Todo lo expuesto hasta ahora no sería nada más que una constatación de que, una vez que los organismos públicos realizan la instalación de estos elementos y cobrada ésta por la empresa adjudicataria, no vuelven a acordarse de los mismos -ejemplos de sobra hay incluso en rutas más conocidas que las que cruzan la parroquia de L.larón-, si no fuera por otras circunstancias. Quien se dé una vuelta (a pie o en coche) por estos lugares podrá comprobar, además de lo anterior, que han desaparecido mesas, bancos y diversos componentes de las barandillas, especialmente los postes horizontales.





No es fácil saber, dado que es un lugar de fácil acceso para cualquiera, si los rateros son nativos o foráneos. Pero, dada la experiencia de otras situaciones, es más que posible que el enemigo esté en casa. ¿Con qué argumentos podemos pedir al Principado o al Ayuntamiento que promocionen la zona cuando lo poquísimo que hacen se destroza de esta manera? ¿Qué opinará el visitante cuando ve que lo que es un excelente y tranquilo mirador del valle del rio Ibias y de la parte más desconocida de la Reserva de Muniel.los es un lugar sembrado de un montón de palos sin la utilidad que se le supone a los asientos y mesas que allí había?




¿Es esta la imagen que algunos quieren dar de L.larón y La Viliel.la, por si no fuera suficiente la de  los montes quemados y el abandono ya tradicional que las instituciones demuestran hacia esta parroquia? ¿Desaparecerá esta plaga de indeseables antes de que ellos acaben con nuestro medio natural y con las ganas de la mayoría de los vecinos de mejorar y ver prosperar nuestros pueblos?

(Gracias a Suso de Josepillo por las dos fotos de los paneles)

3 comentarios:

Milio'i Sebastián dijo...

No hace mucho me asaltaron similares disquisiciones a las tuyas al toparme con unas fotos de la cabana del Rebol.lal en la que los autores asaban unos chorizos a la llama de un trozo de estupenda baranda de madera tratada.

Anónimo dijo...

¡ Qué triste ! Nunca llegaremos a nada.

El chapras dijo...

Y lo malo es que es el pan nuestro de cada dia, yo paseo mucho por los alrrededores de donde vivo,hay un sendero con baranda de madera,esta mas concurrido que la calle Uria,pues una noche desaparecieron unos 30 metros de baranda,y eso en un sitio que se supone que anda la policia cada poco,asi que en sitios poco frecuentados, como en Borde,no te digo nada, solo que el area recreativa de Torga no dejaron ni las paredes de las parrillas,y lo peor de todo, es que los que se lo llevaron no son de muy lejos, pero es nuestra palabra contra la de ellos.