jueves, 2 de noviembre de 2023

In memoriam 2017-2023


 

 Entre l'añu 2017 ya esti día de 2023 dexanon de tar con nós físicamente:

 2017

María García Menéndez (Que'i Pachón), en Xixón.

Manuel Menéndez Méndez (Que'i Xuacón), en Benidorm (Alacant).

Rosalía Ramón Fernández (Que'i Mourín), en Xixón.

Elvira Álvarez González (Que'i Campillu), en Xixón.

2018

Balbina Menéndez Méndez (Que'i Xuacón), n'Uviéu.

María Francisca de la Vega Rodríguez (Que'i Minguchón), en Madrid.

Inés Rodríguez García (Que'i Felipón), en Xixón.

María Rodríguez García (Que'i Minguchón), en Villacastín (Segovia).

2019

Manuela Álvarez López (Que'i Mingarrín), n'Uviéu.

Octavio Álvarez Fernández (Que'i L'Haredeiru), en Xixón.

Manuel Rodríguez Álvarez (Que'i El Pequenu).

José García Menéndez (Que'i Macera), en L.larón.

Antonio García García (Que'i Casanueva), en Cangas del Narcea.

2020

José Suárez Marcos (Que'i Farrucu), en Xixón.

Felipe Rodríguez García (Que'i Felipón), en Xixón.

2021

Esperanza Rodríguez Fernández (Que'i d'El Campu), en Madrid.

2022

Eduardo Méndez Álvarez (Que'i Jarana), n'El Berrón.

Severino Lago Martínez (Que'i Marcones), en Cangas del Narcea.

Manuel López Prados (Que'i Pachalín), en Gran Bretaña.

2023

Josefina de la Vega Rodríguez (Que'i Minguchón), en Madrid.

Secundino García Menéndez (Que'i Pachón), en Xixón.

Sara Ramón Fernández (Que'i Mourín), en Cazorla (Jaén).

Ramona Florentina Rodríguez García (Que'i El Campu), en Madrid.


Sía-l.lys la tierra l.lixera.


 

sábado, 17 de febrero de 2018

Centenario de fuego

En este año 2018, tan lleno de centenarios en Asturias (y todos en el otro extremo de este sufrido país) , civiles, medioambientales y religiosos -1.300 años del inicio del Reino de los Astures, 100 años de la proclamación del Parque de la Montaña de Cuadonga y otros 100 años de la coronación de la Virgen de Cuadonga-, en La Viliel.la también tenemos uno, aunque no por motivos dignos de festejar ni tan famoso.

Hace ya casi cinco años que fue publicada una entrada sobre el incendio que devastó La Viliel.la en 1838. No faltaron incendios desde esa publicación en el monte de La Viliel.la, incluido el que arrasó varios miles de hectáreas de monte en octubre de 2017 en los concejos de Degaña y Cangas del Narcea, entre otros lugares, que obligó al desalojo de varios pueblos (entre ellos, L.larón y La Viliel.la), y que merecería por si sólo una entrada en este blog. Pero tampoco nos faltan en la historia de la parroquia incendios que total o parcialmente quemaron viviendas en ambos pueblos.

En La Viliel.la, además de los dos ya relatados (en 1736 y en 1838), hubo otro en noviembre o diciembre de 1896. Se inició sobre la medianoche en el pajar de la casa de Xuacón, y además de ésta, resultaron quemadas las de Benitu, El Pequenu, Farruquillu y Campillu.

En el polígono rojo, la zona afectada por el incendio de 1918

El protagonista de esta entrada, cuarto -y esperemos que último- de los grandes incendios que afectaron al lugar, se produjo el 17 de febrero de 1918 a las 11 de la mañana. Se cumple hoy, por tanto, el primer centenario de este hecho que arrasó 21 viviendas, la mitad de las que formaban el pueblo en ese año.

Comenzó el fuego en casa de L'Estudiante, cuando una mujer de esta casa fue a buscar huevos al pajar y llevó un gabuzu (*) encendido para alumbrarse, que prendió la hierba y paja acumuladas.
Solar de la casa de Ricardu

Las construcciones del pueblo tenían, como era común en la zona, la cubierta de paja de centeno, lo que unido al viento que venía del oeste, por el valle del río Ibias arriba, provocó que se extendiese rápidamente de unas a otras y que a los pocos minutos de comenzar el fuego ya estuviesen ardiendo las cubiertas de las casas situadas en la parte alta. Hay que tener en cuenta que en algunas casas también resultaron afectados los hórreos, con lo que la desgracia fue aún mayor, al perder también total o parcialmente los comestibles y enseres guardados en ellos.

Las viviendas destruidas fueron las siguientes: L'Estudiante, El Romu, Manolón (la mitad), Pachón, La Cestera, El Marqués, El Cura, Xacintu, Pachalín, Clara, Enrique, Manunga, La Casera, Ricardu, El Manteigueiru, El Gal.legu, Lariu, El Paisanu, Mingarrín, El Poyu y Xuanón.

Solar de la casa de Manunga
Algunas de las casas quemadas no fueron reconstruidas. Así fue en el caso de las de La Cestera, Ricardu, Manunga y El Cura. El solar de esta última fue convertido años después en la plaza del pueblo, donde durante muchos años se hizo la fiesta, como se contó aquí.

Solar antiguo de casa de El Paisanu
La de El Paisanu, situada entonces entre la de Xuanón y la de Lariu, fue levantada posteriormente en el lugar que ocupa ahora, mientras que la de Pachalín, rehecha entonces, sufrió otro incendio en los años 50. Las casas de Enrique y Clara volvieron a ser pasto de las llamas en 1943, y la de Clara no volvió a reconstruirse.

A raíz de este incendio de 1918, los vecinos empezaron a cambiar la paja de la cubierta de las casas por losas de pizarra, aunque la mayoría, en los primeros años, únicamente la pusieron en los aleros. La losa procedía en su mayoría de una veta conocida como La L.lousera de Vicente, que explotaba Vicente Rodríguez González, de casa de Gorruyu.

 
Como complemento a los datos anteriores, hay una crónica del periodista cangués  Gumersindo Díaz Morodo, Borí, en la que cuenta brevemente los hechos ocurridos en La Viliel.la, pero da la fecha del 30 de enero de 1918 como la del incendio, y narra la ayuda que, al parecer, recibieron los vecinos afectados un año después.

El texto de los artículos mencionados es el siguiente:

Anteayer, día 30, se declaró un terrible incendio en el pueblo de La Viliella, quemándose 21 casas de las 42 que componían el poblado. Las circunstancias de hallarse construidos todos los edificios de ese pueblo con cubierta de paja y el fuerte viento reinante en ese día, hicieron que el fuego se propagase rápidamente de una a otra vivienda, quedándose 21 pobres familias sin hogar y sin nada de lo que en ellos poseían, pues la rapidez y gran incremente del incendio impidió todo salvamento de los míseros ajuares.
No ocurrieron desgracias personales; pero la miseria en que esas familias quedan es espantosa, haciéndose necesario acudir con prontos socorros.

Cangas de Tineo, febrero 1º de 1918 (**)

Por fin y tras no pocos trabajos y penalidades los vecinos de la Viliella, damnificados por el terrible incendio ocurrido en ese pueblo a principios del pasado año, han recibido el producto de la suscripción para ellos iniciada y llevada a efecto por el Centro Asturiano de Madrid, y que importó 2.057 pesetas.
Ya en poder de los perjudicados esa cantidad, nuestro convecino don Avelino F. Agudín les hizo entrega de los 50 duros que con tal destino enviara el Club Cangas de Tineo, de esa, cuya cantidad se había demorado en entregar en espera de lo recaudado en Madrid.
Al mismo tiempo el Alcalde les entregó cien pesetas que a raíz del siniestro girara el diputado por el distrito, señor Suárez Inclán.
Lo recibido en total suma 2.407 pesetas, que repartidas entre los 22 vecinos perjudicados, correspondió a cada uno 109 pesetas con 40 céntimos.

Cangas de Tineo, abril 30, 1919 (***)


NOTAS:
  • Los datos del incendio de 1918 fueron recopilados por Francisco Rodríguez Ramos (casa de El Campu). El relato se completa con los datos aportados por su hija Ramona Florentina Rodríguez García.
  • Las dos crónicas de Borí están extraídas del libro "Alrededor de mi casa. Crónicas canguesas", que se puede leer completo en este enlace de la página de la asociación canguesa Tous pa Tous.
  • (**) Publicada en la revista "Asturias", nº 193, editada en La Habana (Cuba), el 7 de abril de 1918.
  • (***) Publicada en la revista "Asturias", nº 256, editada en La Habana (Cuba), el 22 de junio de 1919.

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miércoles, 2 de noviembre de 2016

In memoriam 2016

Desde'l Día de Difuntos de 2015 hasta ésti, dexaron de tar con nós:

María Ramón Fernández (Que'i Mourín)

Faustino García García (Que'i Fastiu)

Antonio Menéndez Rodríguez (Que'i El Ferreiru).

Antonio García Álvarez (Que'i Pachu)

María Álvarez Menéndez (Que'i Castel.lanu)

Ludivina Arbas Menéndez (Que'i Pachalín)

Sía-l.lys la tierra l.lixera.





domingo, 17 de enero de 2016

El pasado nunca muere (3)

No sería ésta una buena saga peliculera si no contase, al menos, con tres partes... Después de ver el conocimiento que el Principado tiene de su red de carreteras, nos queda por ver el del Ayuntamiento.

Es evidente que, a la luz del catálogo y del mapa de carreteras del Principado, la CN-10 pertenece a la competencia autonómica y que el Ayuntamiento no está obligado a su conservación. Pero no es menos cierto que el tramo de la carretera de La Viliel.la que está hormigonado y no asfaltado no existe ni para el Principado ni para el Ayuntamiento en lo que se refiere a su mantenimiento.
A finales de este pasado noviembre, el Ayuntamiento publica una relación de las carreteras municipales y su estado de conservación, adjudicando un tipo de preferencia, desde el 1 para las que están en peor situación hasta el 4 para las que mejor se encuentran, para arreglarlas según dicho estado. Parece lógico que el tramo antedicho no aparezca en el listado municipal, al pertenecer la CN-10, con el recorrido hasta La Viliel.la, a las competencias del Principado.

(Foto: Rosa Rodríguez)
Y la cuestión es ésta. ¿Cuál es el método que usó el Ayuntamiento durante el tiempo en el que el Camín de La Cruz estuvo en una especie de limbo legal para no incluirlo en algún listado anterior? ¿Fueron en alguna ocasión por la zona o la miraron en Internet? ¿Qué mapas consultaban para no ver que ese tramo no estaba incluido en la red autonómica y que, por lógica, debería haber sido añadido a la red municipal? La consecuencia que trajo esto es que fueran los vecinos (además de realizar el ensanche a sus expensas) los que se ocuparan de que el talud estuviese limpio para tener buena visibilidad y de que los desagües, la cuneta y la rejilla que está en el cruce con el tramo asfaltado de la CN-10 no quedaran obstruidos con la tierra, piedra y hoja que caen o son arrastradas por el agua y quitando la nieve a paladas. Valga como referencia reciente que, en las nevadas de febrero de 2015, el pueblo estuvo inaccesible para el tráfico rodado durante cerca de quince días (mientras el Ayuntamiento decía en su página de Facebook el día 11 de febrero que todos los pueblos del concejo tenían los accesos y las calles despejados de nieve, cuando el día 13 todavía era imposible acceder a La Viliel.la en vehículo y andar a pie por el lugar era una odisea), y que en agosto del mismo año, los vecinos hicieron las labores de limpieza antedichas de la cuneta y el talud porque ni Principado ni Ayuntamiento - cada organismo dará las excusas que quiera para eludir responsabilidades - se ocuparon de ello ni entonces ni en ningún momento.  Eso sí, las personas y vehículos pertenecientes a las distintas instituciones lo seguirán usando sin problemas, sin que les preocupe mucho quién lo mantiene en buenas condiciones de tránsito.
(Foto: Inés Rodríguez)


Como dice el cantar: “D'El Rañadoiru p'acó, pintámoslu los cabreiros”. Y limpiámoslo, y paredámoslo, y paleámoslo, y...

(Esperemos que no continúe)

domingo, 27 de diciembre de 2015

El pasado nunca muere (2)

En el centro de la foto, el Camín de La Cruz antes de ser hormigonado
La segunda parte de este serial comienza en 1990, cuando el Principado decidió realizar el acondicionamiento del único acceso para vehículos del que dispone La Viliel.la, desde el cruce con la AS-15 en L.larón. Para ello aprovecharon los primeros 500 metros de lo que iba a ser la carretera a Cecos. Pero el resto del trazado (unos 350 metros), conocido tradicionalmente como Camín de La Cruz, con una anchura media inferior a 3 metros, no permitía que las máquinas pudiesen echar la base y asfaltar dicho tramo, por lo que quedó con el piso de tierra, y sólo fueron asfaltados esos primeros 500 m, con las marcas viales y señales correspondientes, recibiendo el conjunto del trazado el código de carretera CN-10.



En 1993, visto que el Principado ya no tenía pensado retomar la obra, los vecinos decidieron contratar una excavadora y ensanchar el Camín de La Cruz para que permitiese el paso de vehículos mayores que un turismo, quedando una anchura media de 3,50 metros y habilitando un espacio en el que pudieran cruzarse dos turismos.

A la derecha, el Camín de La Cruz en 1993 después del ensanche
En el año 2000 se solicita al Principado y el Ayuntamiento el hormigonado del Camín de la Cruz. La respuesta fue dada por el Principado, tramitando y adjudicando la obra. El Ayuntamiento, fiel a su costumbre, ni siquiera contestó, pero al saber que el proyecto ya estaba aprobado y costeado por el Principado, solicitó a éste realizar la obra, ejecutándola en agosto de 2001.

CN-10 (izquierda) y acceso a La Viliel.la ya hormigonado (derecha)

CN-10, Zona de Uso General
Pero, para no variar, siempre acaban los vecinos sustituyendo la dejadez de las administraciones. En los mencionados 500 metros, el Principado realiza las labores de limpieza de talud y cunetas, y del firme en tiempo de nevadas. En el resto, son los vecinos los que tienen que limpiar las cunetas, desbrozar el talud y quitar la nieve a paladas. Y ya no es porque ese tramo no tenga la anchura suficiente para que desbrozadoras y quitanieves puedan realizar los trabajos correspondientes. Es que (¡segunda sorpresa!) esos 350 metros no existían, al menos hasta hace poco tiempo, para el Principado. En el Catálogo de Carreteras de la Red del Principado de Asturias, publicado en el BOPA del 9 de abril de 2007 (desde la página 6.279), la carretera CN-10, perteneciente a la Red Local de Segundo Orden, tiene como denominación Carretera de Corralín. Y en el mapa oficial de carreteras publicado ese año, la CN-10 tiene una longitud aproximada de 3.160 metros y su recorrido va desde L.larón hasta el puente de La Baxancada, siguiendo el trazado del proyecto de la carretera a Cecos. Las alegaciones enviadas para corregir en los mapas el trazado de la vía en dirección a La Viliel.la y el nombre de la vía por “Carretera L.larón-La Viliel.la”, como si no se hubiesen mandado.

CN-10, Zona de Uso Agropecuario

Todo normal, si no fuera por dos pequeños detalles: que sólo están acondicionados como carretera los susodichos primeros 500 m (con el resto del trazado con el piso de tierra, tal como quedó en 1960, cuando fue abandonado el proyecto a Cecos), y que dicho recorrido no conduce a ninguna población, ni siquiera a un lugar de cierto interés (como es el caso de la que va a los Lagos de Cuadonga, por ejemplo). Pero lo mejor viene cuando se consulta el plano de zonificación del Parque Natural y se descubre que la CN-10 era una carretera muy especial: los primeros 1.420 metros son Zona de Uso General (ZUG), los siguientes 470 metros Zona de Uso Agropecuario (ZUA), y los últimos 1.270 metros, Zona de Uso Restringido Especial (ZURE). Menos mal que está por debajo de los 1.600 metros, si no 
CN-10, Zona de Uso Restringido Especial y final de trayecto
también hubiese sido aplicable la calificación de Zona de Alta Montaña. Así pues, el Principado contaba con, posiblemente, la única carretera del mundo en la que se podía circular en coche en un tramo (primero por asfalto y luego en tierra), realizar actividades agrícolas, ganaderas, forestales y recreativas en el siguiente, y sólo actividades agroganaderas y forestales en el resto. Sin perder de vista que, al mismo tiempo, estaban permitidas y prohibidas a la vez ciertas actividades en el mismo espacio.


Y esste último párrafo está escrito en pasado, porque después de algún tiempo, alguien en el Principado debió de darse cuenta del despropósito y fueron rectificados los mapas y otros archivos (no así el nombre en el Catálogo de Carreteras), y el trazado de la CN-10 acaba en La Viliel.la. Lo que no significa que se hayan ocupado del mantenimiento o vayan a ocuparse...

(Para conocer el significado y características de la sopa de letras -ZUG, ZUA, ZURE, ...- podéis consultar el BOPA del 21 de febrero de 2015, a partir de la página 25).

(Continuará un poco más...)